Hoteles VS Airbnb
Airbnb ofrece hospedaje en 190 países del mundo y tiene un valor como empresa de $30,000 MDD, y 30% más que lo que vale la cadena Hilton. Más de 150 millones de viajeros se han hospedado en los más de tres millones de lugares disponibles. Airbnb ha logrado esta increíble creación de riqueza sin haber invertido un peso para construir un solo cuarto de hotel.
Las empresas hoteleras muestran hostilidad ante esta competencia porque argumentan que a Airbnb no se le aplican las mismas reglas. No tienen que cumplir con los mismos reglamentos de protección y seguridad para sus huéspedes; no pagan impuestos hoteleros; no cumplen con las leyes contra la discriminación pues ya se han registrado casos de dueños que han rechazado a huéspedes a causa de su raza. Profesionales de bienes raíces han señalado que el precio de las casas se ha incrementado porque a los desarrolladores les conviene más rentarlas con Airbnb que venderlas.
Seguramente, para cierto tipo de presupuestos, Airbnb puede ser una opción más viable de utilizar, pero existen varias razones por las cuáles un hotel puede ser una mejor opción de alojamiento.
Servicio todo incluido: por muy bueno que sea un anfitrión, su servicio nunca será comparable que el de un buen hotel. Muchas veces cuando viajamos, buscamos relajación total y que nos consientan, un buen hotel es el mejor lugar, además de que puede ofrecer servicio las 24 horas, gran variedad de alimentos a tu disposición, servicio de lavandería, limpieza, entre otras cosas.
Más profesionalismo: el trato casual y relajado de Airbnb puede resultar incomodo al momento de contactar a los anfitriones, la falta de experiencia en este sentido podría dañar la relación con sus clientes. El descuido de detalles como suciedad en rincones, sábanas o cortinas en mal estado físico; grifos que gotean, lámparas sin bombilla, etc. La deficiente atención de parte de los anfitriones, ya que en ocasiones sólo aparecen el primer día para entregar las llaves y después no se dejan ver más. Diferente a lo que sucede en un hotel, aunque el número de estrellas sea mínimo.
Intimidad absoluta: toparse frecuentemente con el anfitrión que te alquiló la habitación elimina cualquier posibilidad de privacidad. En la habitación de un hotel no tienes que sonreír continuamente al administrador, y a su vez esté nunca entrará en tus aposentos sin tu permiso. No tendrás que oír voces en el pasillo ni estarás obligado a hablar bajito a partir de determinadas horas. En una habitación de alquiler, como en cualquier casa, deberás atender a unas mínimas normas de cortesía y convivencia que quizá no siempre te apetezca cumplir. Es cierto que Airbnb también ofrece apartamentos enteros, pero estos suelen ser igual o más caros que una habitación de hotel.
Ubicación: cuando de vacacionar se trata, se busca aprovechar la mayor cantidad de tiempo posible, y una buena locación siempre ayuda. Los hoteles generalmente se encuentran en el centro de las ciudades, donde la vida social es más frecuente, teatros, cines y restaurantes tienen especial presencia en estas zonas. Sin embargo el 74% de las propiedades Airbnb están fuera de las principales zonas de hoteles, a menudo en barrios lejanos y con difícil acceso al transporte público. Normalmente retirados de las principales atracciones turísticas.